EL SECRETO DEL SALMO 23,Rebeka Piña

El Señor es mi pastor: nada me falta;

En verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce,

Y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre.

Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal,

Porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo.

La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios,

Con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.

Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida,

Mi mansión será la casa del Señor por largos, largos días.



Las sagradas escrituras nos dicen que si oramos y no recibimos una respuesta, es porque no hemos orado correctamente. Con frecuencia, la oración consiste de palabras y declaraciones; pero la oración tiene poco que ver con lo que se dice y mucho que ver con lo que se capta en el silencio.

La oración efectiva crea un estado de receptividad a la dádiva divina. El Salmo 23 es el ejemplo de una oración efectiva. Observemos y aprendamos de ella, comenzando hoy con los primeros cuatro versos:

“El Señor es mi Pastor, nada me falta.” En esa declaración no hay nada de súplicas, ni peticiones, ni siquiera una expectativa de recibir algún bien. Sólo declara afirmativamente que “El Señor ES mi Pastor,” por lo que en forma lógica y natural le sigue un “nada me falta.”

“El Señor es mi Pastor, nada me falta.” Observemos: nuevamente no hay petición alguna, sólo el reconocimiento de que ya que Dios ES, y como Dios es MI Pastor, ¡toda guía, protección, o abastecimiento está asegurado; no puede faltarme!

En verdes pastos él me hace reposar. Nuevamente, no hay súplica en esa declaración. No sólo nos provee pastos verdes, sino que además nos hace descansar en ellos. No nos hace descansar como un premio, ni nos mantiene fuera de los pastos como castigo por nuestros pecados. Simplemente “Él me hace reposar en los verdes pastos.” No peticiones, no un tratar de ganarnos el favor de Dios… sólo esta constante confianza.

Así es también la oración afirmativa del Nuevo Pensamiento: el TEM o Tratamiento Espiritual Mental. Les invito a unirnos todos y crear juntos un estado de receptividad a nuestro bien, abundancia, y protección:



Reconozco Una Única Inteligencia, Un Pastor Divino, Una Presencia que es Amor, Plenitud, y Abundancia. Es el Bien Mismo que se expresa y se encuentra en todo y en todos. Sé que cada uno de nosotros es un punto de consciencia en la mente del Divino. Cada uno está listo, deseoso, y es capaz de alcanzar su máximo potencial aprendiendo a confiar.

Ahora quitamos de nuestros hombros el peso de la preocupación, dejamos ir la necesidad de luchar incesantemente, y aceptamos agradecidos que la Sabiduría Infinita nos guía, la Divina Providencia nos provee.

Confiados reposamos y disfrutamos de los verdes pastos, seguros, confiados y agradecidos de saber que continuamente el Pastor Divino nos provee y ofrece todo, amorosa e incondicionalmente…. ¡Y ASÍ ES!

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